La cultura del Cumplimiento en la ANFP
El actual “oficial de cumplimiento” de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, ha tenido un gran desafío, no solo por ser la primera persona en ocupar dicho cargo, anteriormente inexistente, sino por lo complejo del escenario post Jadue.
Miguel Ángel Valdés, abogado de profesión, ocupa el cargo conocido como Compliance (Cumplimiento), su gran tarea es la de prevenir, identificar y sancionar los delitos en la ANFP, además de gestionar estructuras que favorezcan la transparencia y la probidad dentro de la organización.
Su llegada significó un gran cambio para los empleados de la asociación, que fue intervenida durante un periodo largo de tiempo y con la ayuda de una empresa externa. Se levantó una matriz de riesgo y se realizó un mapeo completo de todos los funcionarios con sus respectivos cargos.
Se implementó la Ley 20.393 para resguardar a la ANFP de malas prácticas de sus miembros. Esta ley busca proteger a las organizaciones que adopten un modelo de prevención de delitos.
Gracias al mapeo se pudo determinar la necesidad de crear un área de compras. Hoy en día, todo pasa por el área de compras para adquirir bienes o servicios. Y esta área además se reúne con un comité para analizar todas las órdenes de compras.
Además se creó el primer código de ética de la entidad y también se estableció un canal de denuncias.
Miguel Ángel Valdés siente una gran convicción de su trabajo, y siente que está cambiando el fútbol chileno para siempre en materia de probidad. “Un buen compliance en materia deportiva debería ser aquel que vela porque nunca más el dinero sea el fin y el fútbol sea el medio”, reflexiona.
Gracias al desarrollo de un sistema de gestión empresarial que tiene como objetivo prevenir, identificar y sancionar las infracciones de leyes, regulaciones, códigos o procedimientos internos, se promueve una cultura de cumplimiento.
Es por esto que en Pizzagalli Risk Consulting se promueve la Administración Integral de Riesgos (ERM), una herramienta de gestión indispensable para cualquier negocio. Esto permite minimizar el riesgo y asegurar la continuidad de la operación, de manera que nunca suceda un escenario desfavorable como lo acontecido en la ANFP.
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